Valle de los Géiseres
A unas cuatro horas al sur de la ciudad de Tacna, en Perú, se encuentra un tesoro oculto que atrae la atención por su singularidad y que está ganando popularidad entre los viajeros. Este tesoro es el Valle de los Géiseres, un lugar que cautiva con su singularidad y que está ganando renombre entre los aventureros. El valle está ubicado en el Área de Conservación Regional Vilacota – Maure, a una altitud de 4300 metros sobre el nivel del mar, en la cuenca del río Calientes. Aquí, se encuentran 85 fuentes termales que se formaron en el pasado debido a la actividad volcánica. Estas fuentes termales emiten densas columnas de humo y vaporización asombrosa que surge desde las profundidades de la tierra, ya que las aguas superan los 80 °C.
Lugar mágico
Al llegar al Valle de los Géiseres, los visitantes quedan maravillados por la majestuosidad del paisaje andino que rodea la región. Durante el recorrido, es posible avistar una gran variedad de plantas endémicas, como la yareta y la tola, especies que prosperan en altitudes elevadas. Tras caminar unos minutos, los gases en el aire señalan que los primeros géiseres están cerca y listos para ser descubiertos.
Una vez allí, uno puede apreciar la sorprendente paleta de colores que emanan de estas fuentes naturales. Debido a su alto contenido de sulfuro, algunas de ellas son utilizadas como baños termales, ya que poseen propiedades relajantes y terapéuticas que contribuyen al tratamiento de afecciones como la artritis y el reumatismo.
En las inmediaciones se encuentra un puente trapezoidal, un lugar muy popular para que los visitantes se tomen fotografías junto al impresionante telón de fondo de la Cordillera de los Andes. Además, es recomendable explorar las formaciones geológicas cercanas al valle, entre las cuales destaca la conocida como Piedra Elefante.
El Área de Conservación Regional Vilacota – Maure también alberga otros puntos de interés sumamente atractivos. Aquí, se pueden descubrir volcanes y montañas nevadas, iglesias construidas con piedra de sillar, así como manadas de alpacas y grupos de vicuñas silvestres. Esta área de conservación, establecida en 2009, tiene como objetivo principal proteger la cuenca del río Maure, una fuente vital de agua para la región y hábitat de varias especies en peligro de extinción.
La Laguna Vilacota es uno de los principales encantos de esta área, al igual que la denominada Garganta del Diablo, los géiseres de Cota y las cascadas de Conchachiri. Cerca de allí se encuentra la provincia de Tarata, una apacible localidad rodeada de exuberante vegetación que se encuentra a más de 3000 metros de altitud y que cautiva con sus impresionantes panoramas.